Hagamos una carrera hacia tu corazón


domingo, 2 de diciembre de 2012

16 años y un diario ♥ 9

Querido diario: 30|11|12

Ayer, como estuve todo la mañana en el lago me he levantado resfriada. Echaba de menos Mario, además hasta mañana no le iba a poder ver y un día sin él se me hacía eterno.
Me pasé toda la mañana durmiendo. Después vino Irene (mi hermana) y me despertó con un fuerte abrazo. Bajé a comer un poco de sopa que me había preparado mi madre. No hable nada durante la comida. Estaba con el móvil para ver si me llegaba algún whatssapp de Mario, pero no, solo tenía mensajes de Celia, África y María preguntándome porque no había ido yo a clase. ¿Tan poquito se preocupa de mi? ¿Ya me ha olvidado? Me subí a mi habitación y oí como mi madre y mi padre se iban a trabajar. Mi hermana se fue al colegio diez minutos más tarde de que ellos se fueran. Estuve hablando un rato con María en el tuenti, aunque no la hacía mucho caso. Solo miraba el chat para ver si se conectaba Mario, pero no se conectaba. 
De pronto llamaron al timbre, no tenía ganas de abrir ni de levantarme del sofá, pero no paraban de llamar al timbre y tenía miedo. Me asomé por la ventana pero no veía a nadie, pero el caso es que seguían llamando. Fue entonces cuando recibí un whatssapp de Mario, que decía:
-"¿Estas en casa? "-
Y abrí la puerta, allí estaba Mario delante de mí. No quería que me viera con el pijama.
-Estas preciosa- me dijo.
-Seguro, con estas ojeras y con pijama, no es que esté preciosa-dije.
-Tú estas preciosa siempre.
Le sonreí aunque no estaba segura de eso.
-Ven pasa, vamos a mi habitación.
Mientras el esperaba en la habitación, fui al cuarto de baño para lavarme un poco la cara y me hice una coleta. Entré a la habitación y estaba sentado en la cama.
-¿Qué tal estas?
-Bien, ahora que estás tú mejor.
Me agarró y me besó, los dos caímos encima de la cama. Nos separamos y él se levantó. 
-¿Tocas la guitarra?
-Antes, ahora ya apenas tengo tiempo, aunque de pequeña me gustaba mucho.
-Me encantaría que algún día compusieses algo para mí.
-Tengo varias canciones hechas, si quieres te dedico una.
Entonces me puse a tocar la guitarra, no tenía muchas ganas pero quería hacer un esfuerzo para que me oyera, ya que me lo había pedido. Mientras tocaba me miraba a los ojos y eso me gustaba. Al terminar me besó.
-Es preciosa la canción, pero no tanto como tú.
-Gracias, no creo que sea para tanto, pero tendré que creerte.-dije.
Entonces se abalanzó sobre mi y me empezó a dar besos. Estuvimos así toda la tarde hasta que se abrió la puerta. Era mi padre que había llegado de trabajar. Hoy a llegado más pronto de lo habitual. No sabía que hacer. Oía como subía las escaleras y le dije a Mario que se escondiera en algún lado.
-No pasa nada, le decimos que he venido a traerte algo.
-No se lo creerá. Ahora a ver que hacemos. Escóndete debajo de la cama.
-Venga Carla debajo de la cama no ¡jaja!
-Bueno pues en el armario ¡corre que viene!
-Está bien pero que sea la última vez que me escondo.
Llega mi padre y me dice que que tal he pasado la tarde. Hemos hablado durante un rato pero no mucho. Una vez que se fue mi padre, Mario salió del armario y me dio un beso. No tenía ganas de que se fuera, pero se tenía que ir y además era ya muy tarde. Tuve que despistar a mi padre para que él se fuera sin que se diera cuenta mi padre. Volví a la habitación y cogí el móvil y estuve hablando con él, me dijo que mirase en el armario. He ido a mirar y me encuentro en el fondo del armario una frase escrita:
-"Es de valientes enamorarse, te quiero"- 
Ahora me voy a dormir con esta frase en la cabeza. 

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